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Siguiendo a un buen pastor

 

Has sido lastimado alguna vez por uno de los pastores de Dios? Indirectamente y directamente, todos hemos sufrido por los sacerdotes que han abusado de sus vocaciones, pero un pastor es cualquiera que ha tenido la responsabilidad de guiarnos y protegernos.

¿Qué es ser un BUEN pastor? 
El (o ella) es comprensivo.
El protege a su rebaño.
El guía a sus ovejas a pasturas más seguras.
Él va tras el perdido y lo encuentra.
El carga a los débil por sobre los lugares ásperos.
El lucha contra los lobos y los derrota con el poder de Dios.

Siempre alerta para hacer su trabajo bien, él está conectado cercanamente con el Señor que le da poder. ¡Que llamado tan maravilloso! La primera lectura de hoy nos aclara cómo es de frustrante para el Señor cuando los pastores fallan en hacer lo que ellos deben hacer. Simplemente porque a ellos se les ha dado la autoridad sobre nosotros, no se les da automáticamente un lugar especial en el reino de Dios. La oveja es aun más importante en la estima de Dios que los pastores que no son como Cristo el Bueno Pastor. Como dice Jesús en la lectura del Evangelio de hoy, "Así los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos". 

Cuándo nosotros somos lastimados por nuestros pastores, es sanador el recordar cómo Dios se siente acerca de ello: "Yo mismo voy a buscar a mi rebaño y me ocuparé de el". Jesús es el perfecto Buen Pastor. Él nos recoge y suavemente nos abraza, besa nuestras heridas, y nos lleva a donde necesitamos ir, mientras descansamos y nos recuperamos sin peligro.

Para descansar verdaderamente en los brazos del Divino pastor, nosotros necesitamos perdonar a los pastores humanos que nos pastorearon mal. Necesitamos recordar que ellos, también, no han sido pastoreados bien por alguien en su pasado, y a menudo su egoísmo viene de una necesidad absorbente de pastorearse a sí mismo - una necesidad que sólo Jesús puede llenar exitosamente si ellos lo permiten.

Todos los pastores humanos (aún los mejores de ellos) son imperfectos y nos fallarán de vez en cuando. Si buscamos el amor y la guía perfecta de ellos, insistiendo que ellos nos dan todo lo que necesitamos, nosotros quitamos nuestros ojos de Jesús y de lo que él puede hacer para nosotros.Sólo con Jesús podemos decir, como dice en el Salmo de hoy, nada me faltara, estoy completamente satisfecho. Sólo con Jesús podemos encontrar verdes praderas, aguas tranquilas, y la reparación de nuestras fuerzas siempre que lo necesitamos. Sólo con Jesús podemos encontrar el sendero correcto en medio de nuestros valles oscuros. Sólo con Jesús pueden nuestras vidas derramarse de bondad. 

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